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🌍 Cuando la guerra habla: el llamado al despertar


Vivimos en un tiempo donde las guerras ya no se libran solo con armas, sino con discursos, miedos, tecnologías y silencios. En cada rincón del planeta, las tensiones visibles —como el conflicto con Irán— no son hechos aislados. Son el espejo de una humanidad que aún no ha sanado su separación interior.


Detrás de cada bomba, hay una herida no resuelta. Detrás de cada frontera, hay un límite impuesto en el alma. Y detrás de cada enemigo creado, hay un reflejo de lo que no queremos ver en nosotros mismos.


Ya no basta con analizar causas políticas o estrategias geopolíticas. El verdadero cambio empieza cuando dejamos de mirar la guerra afuera… y comenzamos a pacificarnos por dentro.


El corazón humano, cuando está alineado con su sabiduría más pura, tiene un poder de irradiación superior a cualquier ejército. Es tiempo de recordar ese poder...



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🧘‍♀️ Meditación: “Corazón de la Tierra, Corazón de la Paz”

Duración sugerida: 10 a 15 minutos.


Prepárate: Busca un lugar tranquilo. Siéntate con la columna recta. Colocá una mano sobre tu corazón. Cerrá los ojos.


Guía:


Respira profundo…

Lleva el aire al centro de tu pecho, como si pudieras respirar desde el corazón.

Siente el ritmo de tu corazón latiendo…

Ese latido es el mismo latido que te une al corazón de la Tierra.


Visualiza una luz dorada en tu corazón.

Esa luz es tu consciencia despierta.

Con cada inhalación, esa luz crece…

Con cada exhalación, se expande hacia todo tu cuerpo.


Ahora siente que tu corazón se conecta con el de todas las almas que en este momento desean paz.

No importa en qué país estén.

No importa su idioma, religión o ideología.

En este instante, sus corazones también están latiendo con el tuyo.


Visualiza una red de corazones encendidos, como puntos de luz en el planeta.

Un tejido de amor, conciencia y unidad.

Siente que esa red sana el miedo, disuelve la violencia, y despierta a quienes aún duermen en la inconsciencia del dolor.


Y ahora, irradia esa paz hacia los líderes del mundo.

Hacia quienes están en conflicto.

Hacia quienes sufren.

Hacia quienes atacan.


No para justificar… sino para iluminar.


Repite internamente:


Yo soy paz.

Yo soy puente.

Yo soy consciencia despierta en acción.

Y el mundo se transforma… desde mi corazón.




Permanece en silencio unos minutos, y cuando estés lista/o, abre los ojos suavemente.



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🌱 Una semilla en la conciencia colectiva

Si cada ser humano hiciera esta práctica aunque sea una vez al día, cambiaríamos el campo energético del planeta. Porque el mundo no cambia desde la fuerza… sino desde la frecuencia.


Hoy elegimos ser canales de Paz.

Hoy recordamos que la verdadera revolución es interna… y amorosamente contagiosa.



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